Grazie

Cristiana y Rosario son dos amigos míos que viven en Milán.
La alumbran cuando es de noche y la deslumbran cuando es de día.
Francamente me siento privilegiado de tener amigos así, tan cariñosos, tan amables y siempre dispuestos a escuchar, a reír y a llorar.
Tienen la fortuna de haberse conocido y ahora de formar una familia, junto con Eleonora.
Los recuerdo con muchísimo cariño, los extraño y les agradezco su maravillosa hospitalidad.
Nunca voy a olvidar a Cristiana y su maravillosa voz en el Castello, su exquisita Lasagna y sobre todo su forma de ser tan increíble. A mi querido Rosario, a quién he visto caer y sacar fuerzas de no se dónde para levantarse y seguir.
Saben que cuentan conmigo hoy y siempre y la próxima vez que nos veamos será en Canadá.
Lo prometo.
Grazie per tutti.
BACIO GRANDE!!!!!!!!!.
Ciao.