San Marcial
La literatura es una de mis grandes pasiones. Recuerdo con tanto cariño esos primeros días en la facultad cuando abordaba un camión para llegar a la estación del metro Miguel Ángel de Quevedo y de ahí al metro Universidad. Cualquiera que haya viajado en metro sabrá que entre estas dos estaciones el trayecto es relativamente corto. Unos 10 ó 12 minutos. Sin embargo en ese corto trayecto de ida y vuelta tuve oportunidad de leer cosas maravillosas: "El nombre de la rosa", "El viejo y el mar", "Los hermanos Karamazov", etc.
Con el tiempo mi tipo de lectura se fue especializando hasta que descubrí a Shakespeare y en particular "La tragedia de Ricardo III". Dos párrafos en particular llamaron mi atención y se me quedaron grabados hasta hoy. Uno es el clásico "Mi caballo, mi caballo, mi reino por un caballo". El otro es aun más fuerte y siempre que leo este tipo de libros pienso en que momento de mi vida podré aplicar tal o cual párrafo o frase a alguna situación o evento particulares.
Hoy lo he descubierto.
El 30 de Junio pasado viví una jornada totalmente llena de sorpresas junto con la gente que tengo metida en el corazón desde hace años y que por el hecho de vivir en esta ciudad monstruosa, que tiende a separar,a aislar y hasta a desmembrar amistades, había dejado de ver. Fue un reencuentro lleno de magia, lleno de ilusión, lleno de amor, lleno de risas, lleno de pláticas, lleno de preguntas, lleno de esperanza, lleno de ánimo, lleno de palabras, lleno de abrazos, lleno de besos.
Ese día el calendario marca que debemos celebrar a San Marcial. El texto de Shakespeare alude a San Crispín, y sitúa la escena en Inglaterra. Así que con todo respeto para Don William me voy a permitir alterarlo, sólo un poquito, porque éste es el momento que tanto esperé para usar dicho párrafo:
"Esta historia la enseñará un buen hombre a su hijo, y desde este día hasta el fin del mundo la fiesta de San Marcial nunca llegará sin que a ella vaya asociado nuestro recuerdo, el recuerdo de nuestro pequeño grupo, de nuestro pequeño y feliz ejército, de nuestra banda de hermanos."
Gracias mis hermanos por estar junto a mí y pelear mil batallas de todo tipo.
Gracias mis hermanos por estar en lo momentos más duros de mi vida, cómo cuando perdí a mi mamá en 1983.
Gracias mis hermanos por estar conmigo un 2 de Septiembre de 1976 cuando entré por primera vez a la escuela que hoy nos vuelve a unir.
Gracias mis hermanos por estar conmigo un 30 de Junio de 1988, día que se terminaron las clases de secundaria.
Gracias mis hermanos por estar conmigo un 30 de Junio de 2007, en el reencuentro más feliz y emocionante que mi corazón haya vivido.
Gracias mis hermanos, tal como dijo Shakespeare: "Porque quien vierta hoy su sangre conmigo será mi hermano; por muy vil que sea, esta jornada ennoblecerá su condición. Y los caballeros que permanecen ahora en el lecho de esta escuela se considerarán malditos por no estar aquí, y será humillada su nobleza cuando escuchen hablar a uno de los que haya combatido con nosotros el día de San Marcial".
Gracias nobles Caballeros y dulces Damiselas.
Mi corazón se ennoblece de saberse junto al suyo.
Shine on.
6 Comments:
La verdad es que nunca hubiera recordado que el 30 de junio de 1988 fue el último día de clases de secundaria si no hubiera sido por ti. Es casi mágico que exactamente 19 años después nos hayamos vuelto a juntar.
Gracias Pepe por tanta pasión.
Chuchú
Nada que agradecer mi querido Chuchú. Esas son las pasiones que despiertan estos reencuentros. Y si, es casi mágico lo de las fechas. Gracias a ti por esta amistad. Un abrazo.
Para mí pasaron 22 años para encontrarlos. Algunos nombres se me habían olvidado, de hecho sigo igual, sin embargo, ahora sé que las caras de la primaria no las olvídé.
Sabemos que cada uno forma parte de un todo, que puedes formar parte de "pocos o muchos todos".... al final, es un honor formar y ser parte del todo del IIM, nuestra generación.
Los 22 años que tardé en volverlos a ver, desaparecieron en un segundo cuando el 30 de junio nuevamente los miré, los reconocí, los sentí. Despues de todo, The Dark side of the Moon, volvió a brillar.
Con cariño y admiración. Marco A. ortíz
es una experiencia increible cuando te juntas con tus amigos despues de mucho tiempo y es cuando te das cuenta que el tiempo no ha pasado.
me da gusto saber que no has perdido tu esencia.
te quiero mucho
ke te digo pepe? no te conozco hace 19 años pero si lo suficiente para considerarte mi caballero...
ke gustazo saber ke has decidido levantarte de esa banca...
te kiero
yop
Me quedo sin palabras al darme cuenta de lo inspirador que suena tu reseña de lo sucedido en el gran reencuentro del 30 de Junio de 2007 y sobre todo de la relación que causa la fecha y el momento con la frase de aquel maravillosos libro que leíste en tu adoldecencia. Felicitaciones al noble caballero que comparte tan íntimos pensamientos con el resto de ciudadanos y paseantes de la WEB.
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